Cuba

Querida isla colorida,

Donde los excesos de la noche

Son parte de tu historia.

Recogiendo a cualquier humano,

Volviéndolo con otra visión del mundo.

Tú de las pocas que no ha alcanzado

El monstruo.

Creciendo o decreciendo,

 Con una ideología.

 

Tus hijos,

Son de los pocos de la vida real.

Nunca podrán tener ceguera,

Si la llegaran a tener,

Es por la promesa de esa ilusión,

Que te arrastra al infierno.

Lo único que obtendrán

Será monotonía,

 Funciones de  máquina,

Cuando son

Una explosión de sentimientos.

Olvídense del consumismo

Y regresen al humanismo.

Estoy frente al espejo, y  mis lágrimas caen por mi cara demacrada, ya no soy una persona bella. Mis dos ojos se han vuelto dos cuencas vacías, donde no tienen a que dirección  mirar  y se a perdido el brillo  particular de los jóvenes.

Yo era una niña alegre de 10 año de edad pero cuando cumplí 11 años cambie,  me di cuenta que mi figura no era apta para la sociedad, los niño me empezaron a rechazar por que  había aumentado de peso. Mi deseo era ser modelo,  empecé  observar la televisión   me di cuenta que era  gorda a comparación de actrices y modelos.

Un jueves por la mañana,  en mi escuela, una de mis amigas me invito a ir a su casa  el viernes, estaba emocionada por que  era la niña más popular de mi salón. Llegando a mi casa  le dije a mi mamá que si me iba dar permiso para ir, ella acepto a que fuera.

Al día siguiente, ya en casa de mi “amiga”, ella me dijo “hay que subir a mi cuarto tengo  unas revistas  que  te quiero enseñar”. Ya en su recamara me enseño revistas  de modas,  y vi que las modelos eran flacas, altas y bonitas. Yo quiero ser una de ellas pensé, se lo comenté a mi amiga, se acerco a la computadora, abrió una  página en Internet  y me contó que ella sabía como lograrlo, que había visto a su hermana entrar a esa página llamada ana & mía   (su hermana era modelo), nos sentamos en frente de la computadora  y leímos  unos tips para bajar de peso,  lograr llegar a tu peso ideal  y lucir igual que tu actriz favorita. Mi felicidad era muy grande, imprimimos unas dietas  a bases de tes, sopas y medicinas. Me di cuenta que iba ser difícil seguir una de esas dietas  aparte no tenia dinero para medicinas. Ella me mencionó que todo estaba en la fé que yo le pusiera, come bien, después ve al baño abre la llave del lavabo fingiendo que te lavas las manos y vomitas, obvio te lo vas a provocar poniéndote el dedo en la parte de atrás  de la  lengua, me señalo como,  las medicinas,  mi hermana las tiene todas así que no te preocupes por esa parte, a horita que bajemos a comer te enseño hacerlo paso por paso.

Así comenzó todo, yo   sentía que si estaba bajando de peso, pero no me gustaba vomitar, ya trascurrido  un mes me acostumbré, pero cada vez que me observaba en el espejo sentí la necesidad de bajar más de peso, empecé a dejar de comer poco a poco, hasta usar las dietas de esa página de Internet, cuando hablaba con mi mamá siempre era de mal humor, siempre que preguntaba el porque de mi tardanza en el baño después de comer, le decía que no era asunto suyo. Mi carácter cambio, desapareció  esa tranquilidad y se convirtió en agresividad, mi cansancio era enorme por lo cual no me podía mantener despierta en clases.

Mi cuerpo cada vez era más pequeño y adjunto, mi pensamiento no cabía entender esto, tenía miedo a engordar, si  me encontraba cualquier pellejo, corría al baño a vomitar. Mi amiga que me había enseñado esto, estaba en los huesos, usaba ropas holgadas para que no se le notara, tenía delirio de persecución, creía que todos le hablaban solo para molestar. Un día  ya no pude controlar mis esfínteres, tuve  que buscar pañales para bebes, me sentía sucia, y no sabía por que me pasaba, no podía preguntarle a mí mamá, no existía comunicación alguna.

Ahora de verdad los niños  me veían feo, mi cara era de una momia viviente, la carne en los huesos, los dientes sobresalían de mi boca, ojeras de una señora de 50 años, mi cabello era intocable, si me lo peinaba era posible que me quedara calva. 

¿Dónde estaba mi mamá, por que no me veía, y se daba cuenta de que la necesitaba? Ella se la pasaba trabajando, la única comunicación que tenía con ella era durante la comida, pero cambio cuando yo sólo pensaba en atascarme y disfrutar  de la comida y vomitar, ó sólo le decía a mi mamá que ya había agarrado comida del refrigerador. A ella le pareció normal que yo le gritara, les decía a sus amigas que era signo de mi pubertad.

La hermana de mi amiga se murió de un infarto, producido por estas enfermedades llamadas anorexia y bulimia. Dicen que fue un paro cardiaco  provocado por  disminución de la presión arterial por pérdida de sodio y líquido. Mi amiga ó  más bien  mi peor  enemiga, se fue de la ciudad, pero antes me dijo “mi hermana  fue  débil, no una verdadera princesa”.

Regresé a mi casa, después del funeral, mi llanto era imparable, no quería ser ella, grite en mi habitación ¡No quiero ser ella, sólo tengo 13 años!

Me acerque al espejo, y ahora estoy aquí ante mi reflejo de la sociedad, de un sueño que me destruye, ¿Porqué tengo que sufrir esto a mí edad?, tal vez nunca pueda tener un hijo, estoy en una enfermedad donde aunque quiera comer, la boca de mi estomago ya no me deja, quiero quitarme este pañal y no oler a SS fecales, ser una adolescente con carne en los huesos, correr, caminar, hacer todo sin cansarme, cepillarme mi cabello, tener otra oportunidad.

Por: Romina Rosendi